sábado, 6 de febrero de 2010

Podría escribir tu nombre en la arena tantas veces que no me alcanzaría la playa; podría mirarte a los ojos tanto tiempo que no daría abasto ningún reloj; compartiría con vos tantos amaneceres que al tiempo no le daría el tiempo; te besaría tantas veces como rayos tiene el sol; dormiría a tu lado mientras el mundo sea mundo, y después también; jamás dejaría de acariciar tus labios; nunca me despegaría de tu lado. Y nunca me voy a despegar

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