sábado, 20 de marzo de 2010

Cuando era chiquita decía que no me gustaba viajar. No sé por qué. Ahora, es algo que amo. Tal vez lo esté idealizando, justamente por lo poco que viajo. Pero creo que lo amo de veras. Es una de las pocas certezas que tengo en mi vida. Que amo viajar. ¡Con el alma! Cuando fui a Gesell, cuando fui a Córdoba, lo que sea... me hace pensar. Viajar, indefectiblemente, me hace pensar. Y me encanta pensar. [Además, de vez en cuando viene bien] Es una magia especial, que no me da nada más. Es generar vínculos nuevos con las personas con quienes hayas viajado, aunque las conozcas desde siempre. Es conocer gente nueva con esa dulce tristeza de que tal vez no la veas más; con esa sensación tan particular. 
Europa; las provincias de mi país; un lugar con mucha nieve; una gran gran ciudad; Nueva York en navidad; un castillo en Escocia, un lago en Gales; los escenarios donde se filmó el Sr de los Anillos, en Nueva Zelanda; Sudáfrica; con un poco de valor, India; ir a comprar una docena de croissants calientes, una mañana francesa; una playa blanca en el Caribe; el Liverpool de los Beatles; el Perito Moreno; la inmensa China; un Juego Olímpico, el que sea; esos países que solo en MDQ conocen...

¡L U G A R E S!  (mi sueño que voy a hacer realidad)


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